EMOTIVO HOMENAJE A RICARDO RIOSECO EN LA USACH

Un emotivo homenaje se rindio ayer 5 de cotubre , a 49 años de su asesitato en la ciudad de Angol , de RICARDO RIOSECO MONTOYA .
La instalacion de una placa recordatoria, en la entrada de las salas 322 del pabellon de historia , en la Usach , con la presencia de Docentes , alumnos y ex estudiantes de la UTE, compañeros de Rucardo, se púso definitivamente la placa recordatoria, que se habia colocado virtualmente el año 2020, en una actividad realizada por Zoom.
La iniciativa, promovida por la Corporacion Solidaria UTE-USACH, y respaldada por el consejo de profesores del departament de Historia de la Facultad de Humanidades , completo su proceso. Hoy Ricardo Riosecoa, estudiante de Historia de UTE, asesinado el 5 de octubre de 1973, comparte un sitio al paso de los estudiantes de dicha facultad..

SALUDO ROLANDO ALVAREZ VALLEJOS, DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA , DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES DE LA USACH

Buenos días, quiero partir saludando a los presentes, entre los que se cuentan la Decana de la Facultad de Humanidades, la académica del Departamento de Historia Cristina Moyano; la concejala de Estación Central María Pacheco; Fabián Tapia, presidente de la Federación de estudiantes de la USACH; Bárbara Santa María, presidenta de la Asociación de Funcionarios (AFUSACH) y a los representantes de la mesa directiva de la Asociación de Académicos. También queremos saludar especialmente a los familiares de Ricardo Rioseco que hoy están presentes en este sencillo acto de memoria. Además, a Juanita González, en ese entonces pareja del Ricardo. Sumamos los saludos a los participantes de la red compuesta por la Corporación UTE-USACH, quien ideó esta iniciativa que hoy nos reúne. Y finalmente, pero no por ello menos importante, saludamos a la comunidad, compuesta por funcionarias, funcionarios, estudiantes de pre y postgrado, profesoras y profesoras del cuerpo regular y por horas de clases.  A todos y todas, muchísimas gracias por su presencia.

Hoy, 5 de octubre de 2022, se conmemoran exactamente 49 años del infame momento en que Ricardo Rioseco Montoya, estudiante de Historia de la Universidad Técnica del Estado, fue asesinado por militares en la localidad de Angol. Apenas se empinaba por los 22 de edad y su vida fue cegada por las criminales balas sobre las cuales se cimentó la dictadura militar que gobernó el país durante casi 17 años. El año 2020, cuando arreciaba la crisis desatada por la pandemia del covid el Departamento de Historia realizó junto a la Corporación Ute-USACH un acto de colocación de una placa recordatoria de Ricardo Rioseco. La idea era que una sala llevara su nombre. Transcurridos casi dos años de ese acto, en el que la participación fue vía virtual, el Departamento de Historia estuvo de acuerdo con la propuesta de repetir este acto para recordar a Ricardo, pero ahora de manera presencial.  Nos pareció justo hacerlo, especialmente pensando en las nuevas generaciones de estudiantes de Historia de la USACH, para que conozcan más de cerca los adversos y terribles momentos que enfrentó nuestra universidad y en particular nuestra carrera, durante los aciagos años de la dictadura. Por este motivo, ahora la placa quedó ubicada en el pabellón de las salas 322, espacio donde habitualmente se congregan los y las estudiantes de Historia.

En esta oportunidad, podremos escuchar las voces de sus compañeros, amigos y cercanos, que nos ayudarán a darle cuerpo a un nombre que engrosa el largo listado de los ejecutados por la represión. Nosotros pudimos recabar algunas noticias sobre Ricardo. En primer lugar, que, en las Juventudes Comunistas de la UTE, organización en la que militaba, era conocido como Elmer. Varios de los presentes sabrán que Elmer era un dibujo animado que se caracterizaba por su mal genio, por eso era conocido por el apodo de “el gruñón”. Sin embargo, al parecer esto era más bien una típica ironía chilensis, porque algunos de sus compañeros lo recuerdan como un tipo de excelente carácter.

También sabemos que, junto a cientos de miles de jóvenes chilenos y chilenas, se involucró en cuerpo y alma en el proceso de la Unidad Popular. La Universidad Técnica del Estado había sido un puntal del proceso de democratización social y político que comenzó a radicalizarse especialmente a partir del segundo lustro de la década de 1960. Con el triunfo de Salvador Allende, la UTE encabezada por el rector Enrique Kirberg, estuvo lejos de mantenerse neutral ante el proceso de cambios que experimentaba el país. En ese contexto, la mayoría del movimiento estudiantil de la UTE no solo apoyó el proceso, sino que fue un actor activo de su defensa. En 1971, con ocasión de la visita del presidente Allende a la UTE, Alberto Ríos, presidente de la FEUT, señaló:

“El movimiento estudiantil de la UTE, que ha jugado un importantísimo papel, que dio duras batallas por el presupuesto, por la Reforma Universitaria, por ligar indisolublemente sus vínculos con los trabajadores y por permanecer de pie junto al pueblo en la defensa de sus conquistas, hoy se acrecienta sus responsabilidades para la universidad, por hacer de la UTE una institución que desarrolla su quehacer, fundida con los intereses de las mayorías nacionales, para que abra sus puertas a los trabajadores, para que en suma, sea un herramienta vital para los cambios en nuestro país”.

Este fue el proyecto que motivó a Ricardo Rioseco a tener una participación activa dentro de la UTE.  Esto le permitió ser partícipe de una generación que marcó la historia de nuestra universidad. Por ejemplo, en julio de 1972 en La Moneda, el presidente Allende promulgó el nuevo Estatuto Orgánico de la UTE. Por su parte, la Federación de Estudiantes encabezó los trabajos voluntarios, en los cuales los estudiantes de la UTE tuvieron un papel destacado. Con el apoyo de la rectoría surgieron las “Brigadas de la producción”, que requirieron de la formación de la Oficina de Trabajo Voluntario de la Federación. En el verano de 1971, los estudiantes de ingeniería, tras la consigna de “ganar la batalla de la producción”, se repartieron por los minerales de cobre de El Teniente, Caletones, El Salvador y Potrerillos. Respecto al impacto de los trabajos voluntarios de 1972, Jorge Arrate, entonces vicepresidente de Codelco señalaba:

“Los trabajos desarrollados por los brigadistas de la UTE han logrado un ahorro de divisas ascendente a los tres millones de dólares solo en los minerales de cobre”

Ese verano de 1972, según los cálculos de la época, gracias al trabajo voluntario, se recuperaron cientos de toneladas de concentrado de cobre; se arreglaron maquinarias; se construyeron casas, caminos, se arreglaron calles y veredas; se participó en la cosecha de trigo; se alfabetizó y organizaron actividades culturales, deportivas y artísticas. También fue una generación que se involucró en intentar mejorar el rendimiento de los estudiantes, a través de iniciativas como la Oficina del Servicio Estudiantil y tantas otras. En definitiva, fueron años de militancia hiperactiva, en donde la premisa, de alguna manera, estaba resumida en un documento publicado el 30 de abril de 1971 por la Federación de Estudiantes de la UTE, titulado “El compromiso de los estudiantes con el pueblo”. Este señalaba en su punto 9 que la generación de jóvenes de la UTE se colocaba “al servicio del pueblo ante cualquier contingencia, en cualquier condición, sin importar el sacrificio y el esfuerzo por cumplir nuestra irrenunciable decisión de forjar el Chile Nuevo”. Este espíritu fue el que encarnó, junto a otros miles, Ricardo Rioseco Montoya.

De esta manera, fue como llegó la víspera del día 11 de septiembre de 1973 en la UTE. La polarización en el país era máxima y los estudiantes de la universidad se quedaban cuidando sus dependencias, alertas ante el sabotaje y los rumores de golpe de Estado. Como es sabido, el día martes 11, el presidente Salvador Allende visitaría una vez más la UTE. Se supone que sería la oportunidad para hacer importantes anuncios para intentar destrabar la crisis política que vivía el país. Por este motivo, en las dependencias de la radio de nuestra universidad, Ricardo, que formaba parte de los equipos de seguridad de la Juventudes Comunistas, estaba cuidando junto a otros la radioemisora en vista al acto del día siguiente. En la madrugada del día 11, un grupo de personas irrumpió en la radio de la UTE. Al comienzo se creyó que se trataba de un comando de ultraderecha, muy activos por aquel entonces. Después se confirmaría que se trataban de marinos que formaban parte de la operación silencio contra las emisoras partidarias del gobierno. Los hechos ocurridos los días 11 y 12 de septiembre en la UTE son de sobra conocidos, incluido el ataque el edificio de la rectoría y el violento sitio por parte de las fuerzas castrenses de sus distintas dependencias. El relato del rector Enrique Kirberg en el momento que fue detenido en la oficina de la rectoría resume las características de los bandos que se enfrentaron ese día:

“El oficial me puso contra una pared, amartilló la metralleta y, mirando el reloj, me dijo «Te doy quince segundos para que me digas dónde están escondidas las armas». Estaba toda la gente tendida en el suelo. Yo no sentí miedo. Le dije “Las armas de la universidad son el conocimiento, la ciencia y el arte”.

el grito de la ute … UENII TECNIIII, UNEIIII TECNAAA

El equipo de seguridad del que formaba parte Ricardo Rioseco logró salir de la universidad y sorteó la detención a manos de los uniformados. Sin embargo, días más tarde se enteró que su padre, regidor de Angol, había sido detenido en dicha ciudad.  Por ello, decidió ir a visitarlo a la cárcel de dicha localidad. En ese contexto, fue detenido por una patrulla militar el día 4 de octubre junto al menor de edad Luis Cotal.  Posteriormente, ambos fueron ejecutados, acusados burdamente de, supuestamente, haber atacado una patrulla militar, una evidente mentira. El proceso judicial para castigar a los culpables de este crimen ha sido largo y tortuoso. Hace tiempo se conocen las circunstancias y los nombres de los autores materiales del asesinato de Ricardo Rioseco y Luis Cotal, pero gracias a recursos judiciales que apelan a la prescripción de las penas, sus victimarios no han sido condenados. Sin embargo, la batalla judicial sigue adelante y todo indica que se está cerca del final del camino para obtener justicia.

Hemos querido extendernos en este discurso, porque este acto no es solo un trámite más para colocar un ticket de “actividad realizada” en el calendario anual de nuestra unidad. Por el contrario, se trata de un gesto humanista, que forma parte del ADN del Departamento de Historia: recordar a uno de los nuestros, que pudo ser cualquier de nosotros.

Queremos finalizar nuestra intervención dándole un fraternal agradecimiento a la Corporación UTE-USACH por esta iniciativa y especialmente a los familiares y amigos y amigas de Ricardo, para que sepan que la carrera de Historia de la USACH siempre lo recordará.

Muchas gracias