JUAN BOSCO MAINO CANALES

R.U.T. :           6.053.723-2 de Santiago

F.Nacim.        :           19-02-49, 27 años al momento de su detención

Domicilio       :           Avenida Bilbao Nº4670, Santiago

E.Civil :                        Soltero

Actividad       :           Egresado de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado. Fotógrafo

C.Repres.      :           Militante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU)

F.Detenc.      :           26 de mayo de 1976

SITUACION REPRESIVA

            Juan Bosco Maino Canales, soltero, egresado de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado, militante del MAPU, fue detenido por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional -DINA- el día 26 de mayo de 1976, aproximadamente a las 22:00 horas, en el domicilio de Elizabeth de las Mercedes Rekas Urra y Antonio Elizondo Ormaechea (ambos detenidos desaparecidos), ubicado en Avenida Diagonal, Los Presidentes Nº143-B, departamento 2, en la comuna de Ñuñoa, Santiago.

            Juan Bosco era militante y dirigente del partido MAPU, compañero de estudios de Antonio, con quien se encontraba realizando la tesis para obtener el título de Ingeniero Mecánico. Razón por la cual, Maino Canales concurría regularmente al domicilio de la familia Elizondo Rekas, y muy a menudo alojaba allí, donde mantenía incluso algunas pertenencias suyas.

            En el operativo que culminó con la detención de Juan Bosco, participaron por lo menos un vehículo y tres agentes. Estos fueron vistos por vecinos del sector cuando, alrededor de las 22:00 horas, ingresaban al departamento de los Elizondo Rekas, permaneciendo en él hasta cerca de las cuatro de la madrugada y, en vez de tres personas, fueron cuatro las que abandonaron el domicilio. Posteriormente, se pudo comprobar con la presencia del Notario Público don Rafael Zaldívar Díaz, que en el departamento había indicios claros de registro y allanamiento. Desapareciendo desde esa fecha Juan Bosco Maino Canales, junto a una citroneta de su propiedad. Vehículo que tampoco ha sido habido hasta ahora.

            La constitución en el inmueble del Notario Público don Rafael Zaldívar Díaz, asistido además por el propietario del departamento don Luis Bravo Vásquez y la madre de Juan Bosco Maino Canales, se realizó en virtud de que el Tribunal respectivo (Octavo Juzgado del Crimen de Santiago) que investigaba la desaparición de Maino Canales, se negó a constituirse en el lugar.

            Elizabeth de las Mercedes Rekas Urra, quien se encontraba embarazada y su esposo Antonio Elizondo Ormaechea, habían sido detenidos ese mismo día, alrededor de las 18:30 horas en la intersección de las calles Alameda con Lord Cochrane, a bordo de una citroneta propiedad de la Empresa Constructora Raúl Varela S.A., donde Elizondo se desempeñaba como ingeniero en ejecución desde el 29 de enero de 1975.

            Dos días antes de la detención del matrimonio Elizondo Rekas, es decir, el día 24 de mayo de 1976, alrededor de las 15:00 horas, fue detenido Andrés Constantino Rekas Urra, hermano de Elizabeth; quien fue aprehendido por agentes de la DINA en la vía pública, en la esquina de las calles Alameda con Amunátegui, en los momentos en que éste descendía de un bus de la locomoción colectiva, luego de haber sido sometido a un notorio seguimiento. Sus captores lo introdujeron por la fuerza en un automóvil marca FIAT, modelo 125, de color gris, en el que lo trasladaron hasta el recinto de tortura y detención clandestino de la DINA, conocido como Villa Grimaldi. En ese lugar, fue interrogado acerca de las actividades de su hermana, de su cuñado y de Juan Maino Canales. Concluido el interrogatorio, Andrés fue llevado por sus captores hasta el lugar donde trabajaba su hermana, con el objeto de que éste la reconociera. Para ello utilizaron el mismo vehículo en que detuvieron a Andrés Constantino. Una vez en el centro de la ciudad, le quitaron a éste la venda y estacionaron el vehículo en la calle Lord Cochrane, frente al trabajo de Elizabeth. Aproximadamente a las 18:30 horas, llegó hasta el lugar Antonio Elizondo, conduciendo la citroneta en que posteriormente fuera detenido junto a su esposa. Precisamente, recogió a ésta y abandonaron el lugar, siendo seguidos por el automóvil en que se trasladaban los agentes. Pero varias cuadras más allá, éstos perdieron de vista al vehículo en que se movilizaban Antonio y Elizabeth, razón por la cual los agentes regresaron a Andrés, nuevamente hasta Villa Grimaldi. Sin embargo, estando éste último en ese recinto, el día 26, alrededor de las 19:00 horas, pudo distinguir el ruido característico del motor de la citroneta que utilizaba Antonio y los gritos de su hermana. Ese mismo día Andrés fue puesto en libertad por sus captores. Desde esa fecha se ha perdido todo rastro de Antonio Elizondo, de Elizabeth Rekas y de Juan Maino Canales.

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS

El día 2 de junio de 1976, se interpuso ante la Corte de Apelaciones de Santiago el Recurso de Amparo rol Nº481-76, en favor de Juan Bosco Maino Canales, el que fue rechazado el 1° de julio de 1976, con el sólo mérito del informe del Ministro del Interior, que indicaba que el amparado no se encontraba detenido por orden de esa Secretaría de Estado. Lo anterior fue obrado a pesar que: 1) el Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, señor Galecio, estuvo por oficiar al Comandante del Campamento de Detenidos de Cuatro Alamos y al Director de Inteligencia Nacional, en orden a que informaran respecto a la detención del amparado, lo que fue desestimado por la misma Corte, rechazándose en definitiva el recurso de apelación. 2) A que en la presentación del Amparo se solicitó explícitamente que se requirieran informes, además de dicho Ministerio, a la DINA, al Ministerio de Justicia y al Jefe del Campamento de Detenidos «Cuatro Alamos», toda vez que existían evidencias concluyentes referentes a la reclusión de Elizabeth y Antonio en el recinto de Villa Grimaldi, y una vinculación directa entre la detención de estos con la de Juan Maino. Además, el Cónsul de España en Santiago, fue informado por parte de las autoridades chilenas que, Antonio Elizondo y Elizabeth Rekas se encontraban recluidos en el Campamento de Detenidos «Cuatro Alamos»; solicitándosele, por tanto, que no hiciera más gestiones al respecto.

Por otra parte se solicitó a la Corte de Apelaciones, la designación de uno de sus Ministros para que se constituyera en Villa Grimaldi, petición que también fue rechazada por dicha Corte.

Posteriormente, la resolución de no acoger el Recurso de Amparo, fue confirmada por la Corte Suprema el 29 de julio de 1976, bastándole para ello sólo el informe del Ministerio del Interior. Ordenando además, cumplir la resolución de la Corte de Apelaciones de remitir los antecedentes al Juzgado del Crimen correspondiente, a fin de investigar la posible comisión de un delito en el hecho denunciado.

 Con fecha 13 de agosto de 1976, la Corte de Apelaciones remitió el expediente sobre recurso de amparo Nº481-76 al Octavo Juzgado del Crimen de Santiago. Dentro del proceso el Tribunal pudo inspeccionar fotos autorizadas por el Notario Zaldívar, correspondientes al estado en que quedó el departamento y las cosas en él contenida, con posterioridad a la detención de Juan Maino. Particularmente, una de ellas deja en evidencia que en ese lugar se procedió a la detención de Maino Canales, toda vez que el testimonio gráfico muestra en una mesa, los lentes ópticos, un reloj pulsera y una taza con café servido (ya seco) y una revista de fotografía, todos ellos de propiedad de la víctima.

            El Tribunal incurrió en grave falta al negar constituirse en el lugar de los hechos y no ordenar una inspección, con lo que no se tomaron huellas, perdiéndose rastros y señales dejadas por los culpables.

            Con fecha 23 de junio de 1976, se presentó ante el Sexto Juzgado del Crimen de Santiago una Denuncia por Presunta Desgracia de Juan Bosco Maino Canales, la que fue acogida a tramitación con el rol Nº94.167. El 21 de julio de 1976 se amplió la denuncia de presunta desgracia al secuestro de Elizabeth de las Mercedes Rekas Urra y Antonio Elizondo Ormaechea. El 28 de octubre de 1976, el Juez se declara incompetente para seguir conociendo y, teniendo en cuenta que en el Octavo Juzgado se tramita la causa rol N°13.979, por los mismos hechos, ordena remitir los antecedentes a dicho Tribunal, por corresponderle su conocimiento. El 16 de noviembre de 1976, el Juez del Octavo Juzgado acepta la competencia y ordena acumular la causa Rol N°94.167 a la causa rol Nº13.979-6, que dice relación con los mismos hechos investigados. El día 7 de noviembre de 1977, se cierra el sumario y se sobresee temporalmente la causa, resolución que es aprobada por la Corte de Apelaciones el 13 de diciembre de 1977.

            Posteriormente, con fecha 1° de agosto de 1978, se presenta ante el Décimo Juzgado del Crimen de Santiago, una querella colectiva por el delito de secuestro de setenta detenidos desaparecidos, entre los cuales figuraba Juan Bosco Maino Canales, en contra de: el General de Ejército Manuel Contreras Sepúlveda; el Coronel de Ejército Marcelo Luis Moren Brito y el Teniente Coronel de Ejército Rolf Gonzalo Wenderoth Pozo, la que fue rolada con el Nº9022-1. Sin realizar diligencia alguna el 10 de agosto de 1978, el juez se declaró incompetente para seguir conociendo la causa en virtud que se trataba de personal militar. El 12 de agosto de 1978 los querellantes apelaron la resolución de incompetencia. El 24 de noviembre la Corte de Apelaciones declara improcedente el recurso de apelación, lo que motivó la presentación de una queja contra los ministros de esa Corte, ante la Corte Suprema, la que decretó orden de no innovar. Recién el 8 de marzo de 1979 la Corte Suprema acoge la queja, ordenando a la Corte de Apelaciones conocer el recurso de apelación y pronunciarse al respecto. Sin embargo, el 8 de mayo la Corte de Apelaciones confirma la resolución apelada, lo que permitió que con fecha 19 de noviembre de 1979, el 2º Juzgado Militar aceptara la competencia y decretara que la misma se siga conociendo, tal como lo había ordenado antes, en la 2ª Fiscalía Militar con el rol N° 553-78.

            En 1983 el Tribunal tuvo a la vista los cuatro cuadernos de instalación de la Visita Extraordinaria por casos de detenidos desaparecidos de la Región Metropolitana, que sustanció el Ministro Servando Jordán, en ellos se contenía importante información respecto al actuar de la DINA y a la responsabilidad de ese organismo de seguridad en cientos de detenidos desaparecidos.

            El 10 de septiembre de 1985, la Corte Marcial resolvió positivamente la petición del Fiscal General Militar orientada a que el general Manuel Contreras deberá declarar sólo por Oficio. Sin que se realizaran diligencias durante cuatro años, el 20 de noviembre de 1989, el Teniente Coronel de Ejército Enrique Ibarra Chamorro, Fiscal General Militar, solicitó para esta causa la aplicación del Decreto Ley de Amnistía (D.L. 2.191), porque el proceso había tenido como finalidad exclusiva la investigación de presuntos delitos ocurridos durante el período comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978 y porque, durante los 10 años de tramitación, no se había logrado «determinar responsabilidad de persona alguna». El 30 de noviembre de 1989 la solicitud fue acogida por el 2do. Juzgado Militar, el que sobreseyó total y definitivamente la causa -la que aún se encontraba en etapa de sumario- por «encontrarse extinguida la responsabilidad penal de las personas presuntamente inculpadas en los hechos denunciados». Las partes querellantes apelaron de dicha resolución a la Corte Marcial, la que confirmó el fallo en enero de 1992. Se interpuso entonces un Recurso de Queja ante la Corte Suprema de Justicia, la que al mes de diciembre de 1992, aún no evacuaba su resolución.

            (Antecedentes completos de la querella en contra de Manuel Contreras se encuentran en el caso de Eduardo Alarcón Jara, 30 de julio de 1974).

            El 24 de septiembre de 1981, a raíz de la detención de Carlos Eduardo Montes Cisterna, dirigente del MAPU y amigo de Maino, ocurrida el 30 de diciembre del año 1980 -a quien se le siguió la causa Rol 4-81-, se solicita al Ministro en Visita señor Servando Jordán, la reapertura del sumario, teniendo en cuenta que: Mientras éste estuvo detenido en la Central Nacional de Informaciones -CNI- fue interrogado en relación a sus actividades junto a Juan Maino Canales, exihibiéndosele incluso, documentación política que Montes le había entregado a Maino, antes que éste último fuera detenido. Montes reconoció este hecho ante el Ministro Servando Jordán, que investigó el desaparecimiento de personas en Santiago. Cabe hacer notar que, dentro del proceso, el propio Ministerio del Interior reconoce la detención de Juan Maino, al señalar que Montes Cisternas es un alto militante del MAPU, que en 1974 en la clandestinidad inicia un proceso de reorganización de ese partido. Y agrega textualmente «con la detención de uno de sus más importantes colaboradores -Juan Maino- ingresa definitivamente a la clandestinidad para no ser aprehendido». A su vez, Montes Cisternas declara ante el Ministro en Visita que Maino era su principal colaborador, desde comienzos de 1975 hasta que desapareció. Agrega que el último día que lo vio fue el 25 de abril de 1976, cuando Maino lo acompañó a la Estación Central con motivo de un viaje de Montes al Sur. El 28 de mayo de ese mismo año, se enteró que Maino había sido detenido por la DINA, debido a que éste no llegó a un encuentro que tenían concertado y tampoco a otro alternativo al día siguiente.

            Consultado el Ministerio del Interior responde que lo aseverado por ese Ministerio en un escrito, correspondió a una transcripción literal de una declaración prestada por el reo Carlos Montes, en el proceso que se le siguió por infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado.

            Con fecha 5 de julio de 1982, el Ministro en Visita cierra el sumario y sobresee temporalmente la causa, resolución que fue aprobada por la Corte de Apelaciones el 14 de octubre de 1982.

TERCERA

Roma, 6 de julio 2000

Italia: Familiares desaparecidos esperanzados por proceso a Pinochet-

La vicepresidenta de la Asociación de Familiares Desaparecidos durante la dictadura militar chilena, Mirella García, expresó en Roma su esperanza de que Italia abra un proceso en contra del general (r) Augusto Pinochet por la detención y posterior desaparición de cinco italo-chilenos bajo su régimen (1973-90). Mirella García declaró ante el fiscal Giancarlo Capaldo, quien tiene a su cargo la investigación preliminar para determinar si existen las condiciones para iniciar un proceso no sólo en contra de Pinochet, sino también del jefe de sus servicios secretos, Manuel Contreras. Capaldo dirige la investigación sobre la desaparición de Juan Montillo, Omar Venturelli, Giovanni Maino, Jaime Donato y Dignaldo Pizzini.

Primera Linea   13 de Junio 2001

Exclusivo: Fiscal italiano indaga en Chile huella de Pinochet en desapariciones

Desde el domingo se encuentra en el país el fiscal italiano Giancarlo Capalbo, para avanzar en la investigación del desaparecimiento forzoso de cuatro ciudadanos ítalo-chilenos detenidos durante la dictadura. Aunque se trata de un proceso iniciado en Italia que aún cursa su etapa instructoria, la causa ya fue motivo de un exhorto a Chile solicitando la designación de un abogado para Augusto Pinochet.
El viaje del instructor tiene como objetivo recopilar antecedentes sobre los casos de Juan Bosco Maino Canales, Omar Roberto Venturelli Leonelli, Juan Montiglio Murúa y Jaime Patricio Donato Avendaño. Los dos últimos figuran en el informe de las Fuerzas Armadas como lanzados al mar, frente a las costas de San Antonio.
Capalbo ya se reunió con los familiares de las víctimas, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y, esta mañana, sostendrá un encuentro con los abogados de derechos humanos Hugo Gutiérrez, Fabiola Letelier y Julia Urquieta.
En la agenda del fiscal se cuenta para el jueves el interrogatorio de algunos testigos y una cita con el juez a cargo del proceso por la Caravana de la Muerte, Juan Guzmán, aún sin horario establecido.
Aunque el proceso está aún en su etapa preliminar, fuentes italianas aseguraron a Primera Línea que, al menos en el caso Venturelli, estarían involucrados el procesado general Augusto Pinochet, el coronel (r) Marcelo Moren Brito, el abogado Alfonso Pollec Michaaud, además de los civiles Máximo Vivanco, Pablo Márquez, Pedro Calderón y Nelson Ubilla.
La investigación del caso se desencadenó en 1998, luego que el senador del Partido Verde Stefano Boco solicitara el esclarecimiento de la desaparición de Venturelli.
Una de las particularidades del sistema judicial italiano es que el juicio puede realizarse «por derecho de sangre», lo que implica el inicio de procesos en ausencia, por delitos cometidos en cualquier parte del mundo contra ciudadanos de la península. De hecho, el ex directo de la DINA, Manuel Contreras y el ex agente Raúl Iturriaga Neumann fueron procesados y sentenciados a 20 y 18 años de presidio, respectivamente, por el atentado contra Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno, perpretado en Roma en octubre de 1975.
Una vez presentada la denuncia penal, se designa a un fiscal para que actúe como acusador público (en este caso, Capalbo), en un proceso similar a la designación de un juez de primera instancia. Cuando concluya su investigación, y si estima que existen los antecedentes necesarios, el instructor puede iniciar una acusación formal, la que debe ser resuelta por la Corte de Asis, tribunal integrado por dos magistrados y seis personas más.
En agosto del año pasado el fiscal envió a Chile un exhorto por la desaparición de los cuatro casos mencionados, todos consignados en el Informe Rettig. Sin embargo, fuentes italianas aseguraron que en esa oportunidad sólo se trató de una notificación para que Augusto Pinochet designara a un abogado en Roma a cargo de su defensa en el juicio.
Además, otras fuentes aseguraron que en esta etapa del proceso ya han declarado varios chilenos en calidad de testigos, entre los que se cuentan los diputados socialistas Carlos Montes e Isabel Allende, el escritor Luis Sepúlveda y la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García.

 La Tercera     21 de marzo 2005

Juez procesa a Schäfer por secuestro de militante del Mapu

El ministro Jorge Zepeda procesó a Paul Schäfer como cómplice del secuestro calificado del fotógrafo y militante del Mapu Juan Maino Canales.
En su resolución, el magistrado también encargó reo como autores del secuestro al ex jefe de la Dina, Manuel Contreras y a los ex uniformados Rolf Wenderoth, Carlos López Tapia, Juan Osvaldo Pinchetti y Eugenio Fishhouse.
El ministro había interrogado al ex jerarca el jueves pasado, día en que éste había negado toda vinculación con el crimen.
Una citroneta usada en el operativo de detención, realizado por la Dina el 26 de mayo de 1976, y otro automóvil del mismo modelo que era de propiedad de Maino, fueron la pista que vinculó la desaparición del fotógrafo con Colonia Dignidad. Ambas fueron vistas en el recinto y, según diversos testimonios, fueron usadas por los colonos.
Sergio Concha, abogado de la familia Maino, valoró la detención que posibilitó el procesamiento de Schäfer. «Se sabía que había una vinculación con Colonia Dignidad, que posiblemente Maino o al menos su vehículo habían llegado a Colonia Dignidad, pero el tener a Schäfer en disposición del tribunal para ser interrogado, ciertamente posibilitó los auto de procesamiento».
De esta forma, el procesamiento del ex jerarca se suma al que dictó el juez Joaquín Billard por el secuestro calificado del mirista Alvaro Vallejos Villagrán y al de la causa que lleva el magistrado Hernán González por abusos sexuales contra menores.
Abogada asume defensa de Schafer Asimismo se informó que la abogada María Eugenia Correa decidió aceptar la defensa del ciudadano alemán en la causa que lleva el juez Billard. Esto, luego de que el viernes pasado admitiera públicamente que el haber sido designada por turno para este caso no era de su completo agrado.
«No encontré argumentos suficientes para no aceptar», dijo la joven profesional, quien reconoció sin embargo que «habría preferido no asumir la defensa, pero es lo que hay. Es lo que me tocó y lo voy a asumir de la mejor manera».
Respecto a sus diligencias futuras señaló que «recién estoy estudiando el caso y espero entrevistarme en los próximo días con el imputado y según eso recién veré la línea de defensa. Es un caso difícil y muy completo tanto por el volumen y por lo polémico».

22 de Abril 2005    El Mercurio

Corte otorga libertad a ex uniformado por secuestro de Juan Maino

Por unanimidad, la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió otorgar esta tarde la libertad bajo fianza a Rolf Wenderoths, uno de los cinco ex miembros de la DINA procesados por el secuestro y desaparición del militante del Mapu Juan Maino, ocurrido en 1976.

El tribunal, compuesto por los ministros Gabriela Pérez, Rubén Ballesteros y el abogado integrante Benito Mauriz, resolvió fijar la fianza en 100 mil pesos.

Juan Maino fue detenido por agentes de la DINA cuando se encontraba en una casa en la comuna de Ñuñoa. Luego fue trasladado hasta Villa Grimaldi, donde se le perdió el rastro.

Testigos en la causa declararon haber visto en Colonia Dignidad un vehículo similar al que Maino tenía estacionado frente al domicilio el día de su detención: una citroneta modelo AX 330.

Por el secuestro de Maino, el ministro de fuero Jorge Zepeda procesó, el 21 de marzo pasado, al ex jerarca del enclave alemán, Paul Schaefer, en calidad de cómplice, y a cinco ex miembros de la DINA como autores.

Se trata de los ex uniformados Manuel Contreras, Carlos López Tapia, Osvaldo Pincetti, Eugenio Fieldhouse y Rolf Wenderoths.

Recibido por memoriaviva 2012

Los Motores en Colonia Dignidad.

A quienes por 36 años buscaron a Juan Maino Canales

Vuelvo a leer la primera página de la Segunda. “ … Restos en Colonia Dignidad: – Después de treinta años , en Colonia Dignidad conocido enclave alemán denunciado por violaciones a los derechos humanos .Fue localizado el motor de la citroneta que conducía el universitario Juan Maino Canales el día que fue detenido. Se presume que en ese lugar podrían estar también los restos de Canales, actualmente detenido- desaparecido. El ministro de manera sorpresiva ha ordenado excavar el lugar…..”.

– Tiene una llamada, dice ser urgente – interrumpe la secretaria – Levanto el auricular
– Querida, llamas justo ahora que estaba leyendo la noticia…- La voz firme de Sara, interrumpe.
– Necesito verte, estoy a tres cuadras de tu oficina.
– En cinco minutos estoy en el café de de abajo –
La veo venir, con ese caminar juvenil, delgada y altiva. Nos abrazamos, ordenamos dos cortados con medias lunas y cuando aún nos estamos ubicando, ella se apresura en decir
– ¿Que sabes del motor la citroneta de Juan? –
-. Mi Sara querida, sigues siendo directa. Hace veinte años, un joven alemán logró huir de “Colonia Dignidad”… Nadie pudo explicar como Pattmor burló todos los cercos de seguridad. Ese muchacho contó que el Jerarca alemán entre otras cosas le obligó que cavara una fosa para enterrar los motores de dos vehículos, él anotó los números de los motores, los que luego memorizo. El muchacho sabía que los dueños eran chilenos prisioneros y posiblemente asesinados en la Colonia.

-Dime – dijo Sara – ¿Por qué nunca hablaste de esto?-
– Querida ya tenías bastante con lo ocurrido. -. Imagínate que nosotros los abogados diéramos pié a los rumores. Incluso para el magistrado, lo de los motores fue irrelevante y sí quedó consignado en el expediente judicial, fue por el celo con que el escribiente anotó cada pormenor. Horrorizado por los relatos:- niños al servicio sexual del jerarca, tráfico de armas. Sara, empezó a revolver el café, dejo la cucharita en el plato de madera y dijo suavemente.
– Tengo que ver ese motor-

De nada sirvió decirle que era, un sitio cercado, imposible de penetrar.
-.Ni aún con orden judicial podrías entrar, no lo ha logrado ni siquiera el gobierno. Es totalmente irracional el viaje a Parral demora más de siete horas -Tras el brillo de esos ojos, percibí la misma fuerza de treinta años. Es la mirada de quién tiene un convencimiento profundo, que ya no necesita argumentar. En esos días de búsquedas entre archivos y cuarteles. Recuerdo que ella me dijo:-
– “Tú persigues la justicia. Yo solo quiero dar sepultura, enterrar aunque solo sea el último rastro de él”.

Antes del mediodía iniciamos el viaje. Conduzco mi auto por la larga y recta carretera, pronto nos deviene una paulatina tranquilidad, finalmente Sara se duerme. Enciendo la radio y para no caer yo también en el sueño, escucho una improvisación de Ella Fitzgerald. Horas más tarde, por entre los tupidos bosques de ciprés y alerce, repentinamente se revela ante nosotras el Valle que conforma la una parte de la Colonia Germana, con sus magníficas veintitrés mil hectáreas de finas plantaciones, colinas cobreñas de espigas y cuencas azules, acordonadas por muros electrificados.

Dejamos el auto estacionado a la vara del camino. Decidimos atravesar a pie los metros que quedan hasta la puerta de hierro fraguado ingreso. El sol empieza a abandonarnos.

Ocurre lo previsto: los guardias armados a cargo del recinto, nos interceptan, revisan nuestros bolsos de mano y vestimentas, para asegurarse que no portamos armas. Efectúan incontables llamadas a sus superiores dando cuenta de nuestra presencia. Hay reserva al principio y luego la negativa total de poder pasar a la excavación.
Cuando ya parecía que el rechazo era inevitable. Nos hacen pasar a pequeña pieza de madera, con tres ventanas de cortinas tejidas en macramé. El encargado nos recibe de pie, colocado atrás de la mesa, sobre la cual se extiende un mantel con ramilletes de flores bordados en las esquinas.
Dos hombres rubios cuidan la entrada, otros tres permanecen armados en la sala. La visita al lugar los ha incomodado y ha alertado el aparato de seguridad interno. Para ellos resulta incompresible que lo que realmente deseamos sea –ver los restos de un motor -.

Por sus comentarios nos damos cuenta que temen la escalada de grupos de derechos humanos, o nos suponen enviadas por algún medio extranjero. Mientras esperan órdenes del Jefe, Sara comprende que los hombres no la dejaran entrar. Sorpresivamente se pone de pie, se acomoda el manto de lana azul y se retira de la sala. Inclina la cabeza al traspasar el umbral. Sus ojos verdes se incrustan en el rostro del encargado del recinto. Ambas miradas están tan cerca que no se pueden eludir. Ocurre algo imperceptible en el rostro ario .Un asomo de un recuerdo, es un instante en que su rostro parece redimirse. Mira hacia arriba en actitud de quien hace memoria, baja la mirada y agita los brazos.
En alemán, parece dar órdenes a los hombres que lo acompañan. Al poco rato se acerca una mujer mayor, de cabello blanco finamente trenzado alrededor de la cabeza. Quién con un castellano chapuceado nos señala-
-El doctor ha ordenado que se haga con prisa, las excavaciones están lejos – Y extendiendo su delgado brazo indica el auto que nos llevará.

Nos subimos rápidamente a un antiguo Mercedes Benz, que parece no haber sido usado antes. Tapizado en badana, cerca de la caja de cambios hay un teléfono negro con el cual el joven que nos conduce se comunica en alemán con los jerarcas. Luego de una media hora de viaje, nos deja a la orilla de un camino de ripio, indicándonos con la mano los pozos abiertos. Nos muestra el reloj en señal de que tenemos poco tiempo para regresar.
Empieza a anochecer, nos apresuramos haciendo el quite a las ramas. El viento todavía levanta el perfume de la lavanda.

La excavación se ensancha en una línea inclinada hacia la montaña. Sobre una carreta de madera en desuso, han depositado los restos de los automóviles. Piezas metal, sucias con raíces entre barro adherido. Dos hombres jóvenes y chilenos, custodian los motores, Sara camina hacia ellos, uno de los muchachos la intercepta. Ella sigue caminado, el hombre le apunta
-¡Deténgase! Le ordena.
Lejos se divisa el auto que nos espera y hace una señal con las luces. El joven comprende que hay autorización y baja el arma.
Sara está frente a las huellas que ha buscado durante años.
-. Son los restos de la citroneta en que fue detenido el hombre de esa mujer, quien ha buscado durante treinta años algún vestigio de su ser amado – le confidencio al detective más joven.
Nos retiramos los tres, como si quisiéramos quitar la vista de ese encuentro.
Sara desliza una mano, por los restos metálicos carcomidos que se encuentran frente a ella. Sus dedos se hunden pesadamente en la vestidura roja del latón y se van despareciendo a través del sarro acumulado.
No volveré en mi vida a ser testigo de un momento de tan extrema sencillez.
Esa mujer sola en la inmensidad del bosque, frente a la armadura perdida, pulsando las varillas de que aún no se doblan plenamente.
Uno de los policías se acerca a ella, incómodo, confuso. Con voz conmovida le señala al oído – Ese no es el motor de la citroneta. El motor se halla detrás, como si aún no hubiera terminado de emerger se asoman palpitantes trozos de hierros desgastados.

Este comentario de tanta exactitud, detrás de esa precisión el joven policía ha comprendido que allí, en esa aparente chatarra, se encuentra el despojos de un cuerpo.
Con la mano teñida de óxido, Sara busca y palpa los números, arrastra los dedos con la delicadeza con que se roza la arena. Siento que este llanto, apresurado y tardío, disuelve la costra extendida en la línea hacia la montaña.
Caen semillas, que ruedan, ruedan, ruedan hasta unirse en ese colosal silencio donde reposa el eco de esa noche en que se detuvieron… o tal vez no se han detenido los motores.

Gloria Torres Ávila.

Fallo primera instancia – Maino, Rekas, Elizondo – 2012

La Nacion    29 de Mayo 2014

PAPA FRANCISCO RECIBE A TORTURADO Y FAMILIARES DE VÍCTIMAS DE PINOCHET
Hija del sacerdote ítalo-chileno Omar Venturelli entregó al pontífice una carta en la que pide que la Iglesia chilena ayude en la búsqueda de su cuerpo. Hermana de Juan Bosco Maino le entregó a Bergoglio un video de regalo con el funeral simbólico que le realizaron en Colonia Dignidad.

El Papa Francisco recibió a familiares de desaparecidos y víctimas de la represión de las dictaduras militares en América Latina, entre ellos algunos chilenos, en una audiencia celebrada en el Vaticano.

Jeremías Levinao, detenido y torturado en Temuco, además de Margarita Maino y María Paz Venturelli, hermana e hija de Juan Bosco Maino y el sacerdote ítalo-chileno Omar Venturelli, respectivamente, ambos desaparecidos y asesinados durante la dictadura de Augusto Pinochet, fueron recibidos por el pontífice.

En la oportunidad también estuvieron presentes Anna Milazzo Cecchi y Mena Narducci, detenidas y torturadas en Montevideo (Uruguay); Geneviéve Jeanningros, nieta de sor Leonié Duquet, asesinada en Argentina, y Cecilia Romero, sobrina del obispo Óscar Romero, asesinado en El Salvador.

LOS MENSAJES A FRANCISCO
Luego del encuentro, Levinao reveló que pidió al Papa que hiciese «algo por el pueblo mapuche, que necesita justicia».
A su vez, María Paz Venturelli contó que entregó al pontífice una carta en la que pide que los «representantes» eclesiásticos chilenos ayuden en la búsqueda del cuerpo de su padre.

«Me imagino que, como tantos, como muchos, todavía saben mucho que no contaron. Creo que es muy importante para la reconstrucción de la paz lograr la verdad y que cada uno de nosotros pueda vivir su duelo, construir su historia y dar dignidad a las víctimas. La Iglesia puede elegir quedarse mirando o dar este paso», aseveró.

Omar Venturelli, que había dejado los hábitos para casarse, se presentó voluntariamente en el regimiento «Tucapel» de Temuco el 25 de septiembre de 1973, tras enterarse por una emisora que era requerido por las autoridades castrenses. Fue trasladado posteriormente a la cárcel de Temuco, donde fue visto por otros presos hasta el 4 de octubre de ese mismo año, fecha en que se pierde su rastro. Era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Por su parte, la hermana de Juan Bosco Maino, Margarita Maino, afirmó que se presentó ante Jorge Mario Bergoglio con «angustia» para que «lo que le dijera fuera muy certero y se empapara bien de ello».

«Le pedí verdad, justicia y paz. Me presenté tocando la foto de mi hermano y con un video de regalo que contiene la historia de la familia y del funeral de Juan en Colonia Dignidad», dijo sobre la actual Villa Baviera, utilizada como centro de detención por Pinochet.Imagen foto_00000002
Maino (en la imagen) era egresado de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado y militante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Sus últimos pasos se pierden en el enclave de Paul Schäffer, donde había sido llevado desde Villa Grimaldi. En el reducto germano fue localizado el motor de la citroneta que conducía el día que fue detenido. (LEA MÁS SOBRE EL CASO DE MAINO ACÁ)

OPERACIÓN CÓNDOR

Los casos de Juan Bosco Maino y Omar Venturelli se enmarcan en Operación Cóndor, el plan de Pinochet coordinado con otras dictaduras del cono sur para reprimir a la oposición política. La justicia italiana indaga la desaparición y muerte de 23 ciudadanos latinoamericanos de origen italiano en el marco de ese operativo.
En este proceso, que se encuentra actualmente en la fase de audiencia preliminar, están imputados 17 uruguayos, 12 chilenos, dos bolivianos y cuatro peruanos, todos ellos miembros de las juntas militares y servicios de seguridad de sus respectivos países entre los años 1973 y 1978, según consta en la demanda fiscal.
Por el caso de Venturelli, estuvo detenido 3 años en Italia el ex fiscal Alfonso Podlech, quien fue absuelto pese a que arriesgaba cadena perpetua por el caso y en 2011 retornó a Temuco.

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