Todos sabíamos que cuando empezaran los días más fríos, las gripes normales empezarían a ocupar camas UCI que competirían con las del cobid-19.
Todos sabíamos que cuando el virus atacara las comunas más pobres, donde tantos compatriotas viven hacinados, el contagio se iba a hacer imparable.
Todos sabíamos que las cifras de los contagios diarios estaban subvaluadas, porque los test en general solo se hacían a los que llegaban con síntomas a las clínicas u hospitales.
Todos sabíamos que por cada sintomático había cuatro no sintomáticos o sintomáticos leves, que representan en todas partes el 80% de los contagios.
Todos sabíamos que no se hacía trazabilidad, salvo hogares de ancianos, personal de la salud, o focos de migrantes.
Todos sabíamos que sin trazabilidad y sin test masivos (salir a buscar los contagiados, no esperar que lleguen a los centros asistenciales), no habría como controlar el contagio cuando el virus llegara a los más pobres y empezara el frío.
Todos sabíamos que en estas condiciones no quedaba otra que aislar,
Que con estadísticas subvaluadas y más bien a tientas que con claras certezas, había que encerrar primero y contar después.
Todos…….. Salvo el presidente y su ministro de salud que jugaron al cuevazo, o a que «el virus se pusiera bueno».
No hay otra forma de entender sus aires triunfales de hace tan pocos días, diciendo que había sido un error suspender las clases, sugerir tomar un cafecito de a cuatro, querer empezar a retomar el trabajo y las clases de a poco, en fin, «ya habíamos aplanado la curva».
¡Qué sarta de weones!
Y ahora qué con la pandemia descontrolada!!??
Esperar que no se contagie más personal de salud más encima, porqué ahí sí que estaríamos sonados, no solo nos faltarían camas UCI sino que también los héroes y heroínas que nos atiendan en ellas, y en etapas previas de la enfermedad.
Nos espera un duro invierno, a cuidarse mucho, ya que con estas autoridades si no nos cuidamos nosotros estamos cagados.
Si a un ingeniero se le cae un puente se va preso por su irresponsabilidad criminal. A estos weones no les saldrá ni por curaos, pese a que muchos de los contagiados y fallecidos a partir de las próximas semanas deberán su suerte a este par de chantas.
Un mínimo de honestidad haría reconocer la tremenda responsabilidad personal e irse tranquilitos para la casa, sin barullo político por respeto a las familias afectadas directamente por su irresponsabilidad criminal.
Pero me temo que seguirán pontificando desde sus púlpitos como siempre, pese a su más que «notable abandono de sus deberes».
Total, «carepalo» han sido siempre, y los medios seguirán haciendo ruido para «embolinar la perdiz».
Codazos con mascarilla,
Glenn Meza Sudzuki
16-05-2020
UTE 73